CANARIOS

DEL

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jueves, 2 de octubre de 2014

LA GRAN HISTORIA DEL 15

SEA COMO FUERE NUESTROS PERROS, REPRESENTADOS EN LA PLAZA DE SANTA ANA, SE HAN COVERTIDO EN UN SÍMBOLO Y LOS HE ADOPTADO COMO CUSTODIOS DE LA TORRE

Por Juan Marqués: Desarrollaré unas breves trazas de como se ha ido abocetando en mi mente la composición pictórica "Los Amigos de Montesquieu", de carácter conmemorativo, y por encargo del colectivo del mismo nombre, a quienes espero ir conociendo mejor con el tiempo. Así y después de oídos en sus propuestas acepté su encargo.

La documentación previa al desarrollo de la obra se fundamentó en una exposición verbal sobre la acción social premiadora que Los Amigos de Montesquieu desean ejercer hacia aquellos que, en su consideración, han realizado actos de valor (desde el pensamiento de Montesquieu). Y sobre la admiración que profesan al espíritu que emana de la concentración reivindicativa del 15 de Mayo;  así mismo entendí que su deseo era partir de la isla como escenario.

También recibí una fotocopia de unas figurillas al estilo de "perro-flautas" (sobre un plano de gran canaria) que se entregan como premio y me pasaron, a su vez, fotocopia de una obra pictórica de un pintor italiano en la que se puede ver a unos encapuchados que portan atado un inmenso 15 en forma de torre cíclope y que se convierten en sus guardianes, así se me explicó. Entendiendo que querían localizar en nuestra isla los valores expresados, inicié mi acción pictórica.

En este primer contacto aprecié su ansia por validar la causa del ya famoso 15 de mayo (15 M) y velar por el cumplimiento del espíritu expresado por aquellos concentrados en la Puerta del Sol de Madrid y que se contagió no solo por todo el territorio nacional sino que se internacionalizó como un acto de rebeldía que prendió fuego en las poblaciones castigadas debido a la mala política de los gobernantes, hecha de espaldas al pueblo, así el colectivo “Los Amigos de Montesquieu” reivindican un cambio en las estructuras que impiden el desarrollo de una auténtica democracia, dando testimonio del cuarto poder del que tanto habló Montesquieu, la separación de los poderes, una democracia real que no fuera víctima, como ahora, de las oligarquías.

Una vez que se concretaron los elementos que participarían el la composición, intenté hacerlo desde cierta coherencia pictórica. En dicha composición traté de situar los símbolos que participan y hacerlo en su mejor ubicación dentro del espacio del lienzo, con el propósito de que se reforzaran unos a otros,  creando un todo que diera fuerza a las partes y que dichas partes reforzaran igualmente dicho todo.

Los elementos son:

LA ISLA -  nuestro territorio hacia el mundo, como una brújula que marca el norte desde sus isletas.

LA ISLA como punto de partida de la unidad territorial se representa con sus tópicos más emblemáticos, así la vista del espectador se centra en nuestros amados roques a través del semicírculo que crea el número cinco, acción que ubica inmediatamente al espectador en el escenario propuesto; a la derecha vemos la isleta como si se tratara de la flecha de brújula que marca norte de toda esperanza, a la izquierda vemos las dunas de Maspalomas, y la línea curva que se forma de izquierda a derecha de la composición salpicada de calas,  deja ver la bahía de Gando como punto de inflexión, se representa en el espacio inferior de las patas del can que está de perfil mirado a la izquierda.

La isla fundamenta toda la composición, formándose un gran rombo que va de izquierda a derecha y del centro superior (las torres que forman el 15 y la V) al centro inferior (bahía de Gando) dominando así toda la composición.
Sobre el Nublo podemos ver el litoral de la isla vecina y el Teide, su representación simbólica consiste en crear un primer nexo hacia otros más que el horizonte propone.

EL 15 M -  como nuestras antiguas fortalezas de piedra que construyera Torriani.
Fortaleza de Santa Catalina 

LA V DE VICTORIA - representa la utopía que no cesa.

LOS CANES -  que dan nombre a las islas “Canarias”, adiestrados para la defensa, conmemorados en nuestra Plaza de Santa Ana.

DESVELANDO NUESTRAS IDEAS SOBRE LA BASE DE NUESTRA INSIGNIA

"Develados como auténticos vigías nuestros roque...los más cantados"
Los canes, dan nombre a las islas, pero permítaseme primero reflexionar sobre el por qué de que nuestras islas fueran denominadas “Las Canarias”.

El perro fiel y leal a Montesquieu...y será esta nuestra actitud.

El juego de las escalas. La desproporción agigantada, tanto de los de perros como de las torres en relación al resto de la composición añade valor conmemorativo a la escena.
Con mis mejores galas...por ti VOLARÉ...
Los canes, dan nombre a las islas, pero permítaseme primero reflexionar sobre el por qué de que nuestras islas fueran denominadas “Las Canarias”.

He dedicado parte en mi pintura a este hecho.

En el Jardín Biológico, este era el subtítulo de mi exposición “Regreso a San Borondón” de 1992 realizada en el Club de Prensa Canaria. En ella quise recrear un hecho diferencial extraído de lo que podrían ser primeras trazas de la historia canaria con unos acontecimientos que enlazaban con el sentir de los aborígenes en su prehistoria (¿o debería decir su historia prehispánica?), es decir, los mitos guanches alterados por el por entonces invasor.

En aquella exposición estos mitos guanches estaban centrados en la palmera canaria, y el culto que los autóctonos le profesaban, para ellos la palmera era un árbol sagrado. Cuando lo Reyes Católicos intentaron industrializar su producto, ordenaron injertar brotes de dátiles a nuestra palmera de támaras para ver si se podía cosechar este producto más industrial;  misteriosamente las copas de los arboles injertados aparecieron quemados, los Reyes ordenaron una investigación, para esclarecer los hechos, no se consiguió resultado alguno, la deductiva llevó a los encargados de la instrucción a determinar que los autores de aquellos actos había sido el pueblo guanche, que era el único asentamiento poblacional de las islas con intereses contrarios al invasor, y ¿por qué? Se pregunta el historiador Rumeu de Armas y dice: “El aborigen, descontento de ver alterados sus mitos, a hurtadillas o quizá en forma de comando, sabiendo del potencial bélico del recién llegado, había expresado su malestar”.

Así trabajaron mis pinceles, en mis composiciones se pudieron ver altas palmeras canariensis con la copa quemada, lo hice rememorando un acto de rebeldía, al hacerlo me trasladé a la mítica isla de San Borondón, donde no hay pleito insular, aquel lugar ya me había inspirado el desarrollo de una anterior exposición que se inauguró en diciembre de 1989 y que llevó por título "Equs Ecuménicus", por entonces recuerdo que con el catálogo se entregaron unos pequeños sacos de tierra, con un sello de caucho grabado en mitad que rezaba “San Borndón, Terra ecuménica”, los asistentes se llevaron aquellos saquitos, pues eran excelente pisapapeles, así hacía constar que yo había estado en nuestra isla mítica, nadie lo puso en duda y pude ver desfilar a todos los que se habían reunido en la sala de exposición con su pequeña parte de isla envasada. Yo había excavado en la isla mítica buscando vestigios clásicos de civilizaciones más antiguas, los historiadores griegos y romanos hablaban de Apicius al referirse a San Borondón, y decían que estaba cruzada por un río que desarrollaba un vergel a ambas riberas, sea como sea yo poblé la isla de caballos míticos con mis pinceles, hasta descubrir al unicornio, y a mi regreso, traté de contarme y contar que nuestro pueblo tiene tantas volutas jónicas como los clásicos, porque allí las vi.

Más tarde, mis exposiciones siguieron al servicio de lo que sería el devenir de las islas, así fue como me apasioné con las invasiones piráticas y la defensa de las isla contra el que viniera, fuera inglés u holandés. Y, entre otras expresiones de mi pincel, le dediqué algunos ejercicios a las fortificaciones que los Reyes mandaron a construir, el encargo fue para Torriani, el arquitecto italiano a su servicio, no haré un catalogo de los que podemos ver porque forman parte de nuestro paisaje aún, y aquí están, reales y míticos a la vez, primero cárceles o cuarteles, ahora museos, es nuestra historia.

En los años noventa, desarrollando mi obra plástica, exposición a exposición, inmerso en la búsqueda de orígenes y sumergido en el estudio de las fuentes que me explicarán el porqué son llamadas canarias nuestras isla, me tropiezo con tres teorías. La más acertada quizá, la de los canes, los castellanos observaron que los aborígenes se acompañaban de unos canes (perros) de raza peculiar no conocida por ellos y que habiéndolos en cantidad decidieron dar nombre a las islas llamándolas así las Canarias. Otra teoría se apoya en la caña autóctona, y del latín canis-cana, derivaría el nombre de las Canarias las islas de las cañas. Por último, otra teoría explica que las islas fueron habitadas por un pueblo bereber venido del norte de África, Los Canariis, éstos, de raza noble y culta habían entrado en rebeldía con su rey, quien enojado decidió cortarles la lengua y exilarlos en las islas, al hacer tal cosa les impidió transmitir sus conocimientos de navegación a sus descendientes, (entendido que hablamos del origen del pueblo guanche) asi que aquellos, condenados a vivir de espaldas al mar y frenados en su aprendizaje sufrieron un retraso evolutivo acompañado de una difícil adaptación a las condiciones del lugar, así encontraron los peninsulares a los habitantes de las islas, y les llamaron Canarios, ¿quizá por creer que descendían de los nobles bereberes llamados canariis, o porque se acompañaban de perros de raza autóctona?

Una cuarta teoría habla de los amarillos pájaros canarios encontrados en las islas, pero no parece acertada y los historiadores la soslayan dándole más crédito a la de los canes autóctonos.

Sea como fuere nuestros perros, representados en la plaza de Santa Ana se han convertido en un símbolo y los he adoptado como custodios de las torres.


El juego de las escalas, el espectador entenderá que con la desproporción de los perros y las torres se acentúa el valor representado, ayudando a crear el efecto que se persigue.

- El sol de todos atraviesa la piedra convertida en un roque más por su abierta puerta nos alumbra la esperanza mientras los perroflautas mantienen la actitud de alerta -

LA ISLA como punto de partida de la unidad territorial se representa con sus tópicos más emblemáticos, así la vista del espectador se centra en nuestros amados roques a través del semicírculo que crea el número cinco, acción que ubica inmediatamente al espectador en el escenario propuesto; a la derecha vemos la isleta como si se tratara de la flecha de brújula que marca norte de toda esperanza, a la izquierda vemos las dunas de Maspalomas, y la línea curva que se forma de izquierda a derecha de la composición salpicada de calas,  deja ver la bahía de Gando como punto de inflexión, se representa en el espacio inferior de las patas del can que está de perfil mirado a la izquierda.

La isla fundamenta toda la composición, formándose un gran rombo que va de izquierda a derecha y del centro superior (las torres que forman el 15 y la V) al centro inferior (bahía de Gando) dominando así toda la composición.

Sobre el Nublo podemos ver el litoral de la isla vecina y el Teide, su representación simbólica consiste en crear un primer nexo hacia otros más que el horizonte propone.La isla fundamenta toda la composición, formándose un gran rombo que va de izquierda a derecha y del centro superior (las torres que forman el 15 y la V) al centro inferior (bahía de Gando) dominando así toda la composición.

Haremos otra Canarias
nuevos hombres y mujeres
una nueva DEMOCRACIA
es posible...SIN USTEDES.
Haremos otra Canarias
sin trampas ni escaramuzas
una nueva DEMOCRACIA
ES POSIBLE...SIN GENTUZA.

1 comentario:

Wio dijo...

Mi comentario puede causar indignación pero lo diré con todo respeto.
Me agrada los canes y como están representados hasta aquí es fenomenal.
Lo encuentro forzado .No dice nada de los verdaderos habitantes no hay cultura algo de historia si pero falta más filosofía.