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martes, 8 de mayo de 2018

¿QUIÉN MANDA AQUÍ

“Para saber quién gobierna sobre ti, simplemente encuentra a quien no estás autorizado a criticar”


La democracia realmente existente, es un engaño, es una dictadura infame al servicio de la plutocracia, que ha suplantado la libertad a base de dar libertinaje. La dictadura del pensamiento se impone. La democracia realmente existente es un cuento, que se basa en hacer creer a los tontos que tienen el poder, que realmente poseen los “dioses togados”.

No es permisible, que aquellos que tanto han reclamado la libertad de expresión para sus medios, nos quieran hacer pasar a los no elegidos por su trágala.

Los últimos vestigios de una generación irrepetible y que pudo haber construido un mundo, no voy a decir perfecto pues tal estado es imposible en el ser humano, pero sí al menos un mundo con futuro y esperanza en el mañana. Desgraciadamente la IZMIERDA destruye aquél sueño y nos conduce, muy dulce y ladinamente eso sí, al actual deterioro en el que la raza blanca al completo se encuentra.

La justicia es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe basarse una sociedad y el Estado. Estos valores son el respeto, la equidad, la igualdad y la libertad. La justicia, en sentido formal, es el conjunto de “NORMAS CODIFICADAS APLICADAS POR JUECES”, sobre las cuales el Estado imparte justicia cuando éstas son violadas, suprimiendo la acción o inacción que generó la afectación del bien común.

La verdad es que solemos preferir la venganza a la justicia. Lo digo tras ver cómo reaccionamos los seres humanos ante fallos judiciales que no se corresponden con nuestros criterios o con nuestros prejuicios. Por esa creencia, compartida de una u otra manera, de que los tribunales no hacen bien su trabajo si sus fallos no coinciden con nuestra apreciación de los hechos, nos dedicamos a presionarlos. No otra cosa pretende, los ostentosos despliegues de correligionarios de los políticos en sus comparecencias ante los medios y las manifestaciones masivas en la calle.

Si la Justicia se imparte “EN NOMBRE DEL REY”, ¿Quiénes son los jueces y magistrados para interpretarla, cuando ellos, justamente ellos, se deben regir por lo escrito en la Ley? Las interpretaciones son para los actores y aún no se han creado los PREMIOS OSCAR para la judicatura. ¡¡Ojo!!, tiempo al tiempo, que lo mismo en cualquier momento empieza el desfile de jueces por la alfombra roja.

En estos últimos años de democracia o demo-mierda, hemos visto como algunos togados con puñetas, han querido ser el centro de atención, con sus instrucciones y salidas por los medios. ¿Resultado?, sencillamente, sus mismos compañeros, les han dejado pasear por la alfombra, para seguidamente cortarles la cabeza públicamente. ¿Venganzas o cumplimiento de la Ley?, esta pregunta es imposible de contestar, debido al corporativismo político, en la judicatura española.

¿Quiénes son los togados con puñetas, para dar opiniones sobre sentencias o instrucciones de sus mismos compañeros? Sencillamente, ellos, son los que cortan el bacalao, nos guste o no nos guste, eso es así. 

En la teología de la Iglesia católica, la infalibilidad pontificia constituye un dogma, según el cual el papa estaría preservado de cometer un error cuando él promulga a la Iglesia, una enseñanza dogmática en temas de fe y moral bajo el rango de «solemne definición pontificia» o declaración ex cathedra. Como se considera una verdad de fe, ninguna discusión se permite dentro de la Iglesia católica y se debe acatar y obedecer incondicionalmente. Pues al parecer, los que imparten justicia en España, reconvierten la misma en el dogma de la infalibilidad pontificia y lo que ellos digan, “VA A ROMA”.

¿Dónde se puede creer en una justicia dividida en asociaciones, cuando debería ser una sola asociación? La Justicia se imparte, según el pensamiento político del juez que te ha tocado en suerte, sencillamente es así. A la actualidad me remito, no añado ni tergiverso la realidad, digo, sencillamente lo que muchos hablan en “peti comité” y no se atreven a decir públicamente, por aquello de, “OJITO CON EL JUEZ”.

Vemos como los jueces aparecen opinando en tertulias televisivas, sobre como impartir justicia. Lo mejor de todo es que sus mismos superiores se lo permiten, cuando si hay que cumplir la ley, se cumple por todos, desde los de arriba, dando ejemplo, hasta los de abajo.

LO mejor de todo es que cualquier juez, se presenta a unas elecciones por un partido político, dejándonos claro de la pata que cojea. Para posteriormente, en cuanto deja la política, volver a su “status quo” anterior. A más de uno que se tenga que sentar en el banquillo de los acusados ante ese juez, le debe dar un “yuyu”, al preguntarse ¿conoce el juez mis afinidades políticas?

Como todas las leyes, son los jueces quienes las interpretan, debido a que se les ha permitido creerse actores teatrales. Hay unos que las interpretan de una forma y otros de otra. Aunque desde el momento en que, hay países donde se distingue a los jueces "progresistas" de los "conservadores", como España, ya se intuye que algo no funciona, debido a que un juez debería limitarse a juzgar con la ley en la mano, dejando su ideología en casa.

¿Cómo un pueblo, puede confiar en la justicia impartida por personas que tergiversan sus mismísimos fundamentos?, sencillamente, esa confianza esta legitimada en que esos personajes reconvertidos en actores, además no solo se creen literalmente ser DIOSES, es que son “DIOSES”.